"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

domingo, 19 de julio de 2015

PROTECTORADO.

El Eurogrupo no admite que un gobierno pueda actuar de modo diferente a los que dominan hoy. Trata de cortar de raíz el riesgo principal, que no es el impago de la deuda, sino la propagación de que otra política puede ser posible, pero el objetivo dista mucho de estar garantizado.
Nada queda.
Más que venganza aquí, entre los fuertes,
Y allí, entre los débiles, rabia impotente.
Thomas Hardy. The Dynats.
Citado por Keynes en “Las consecuencias económicas de la paz”.

Grecia está a punto de  convertirse en un protectorado. A día de hoy faltan algunos trámites, pero si nadie lo remedia  ocurrirá en pocos días. Será el primer protectorado que se establezca sobre un país soberano tanto de la Unión Europea como de la zona euro.
El derecho internacional entiende que hay un protectorado cuando un país dispone de una teórica soberanía e instituciones propias, pero está sometido al dominio efectivo de otro u otros, que ejercen mediante el control político de este. En muchas ocasiones el protectorado se establece a través de un tratado o acuerdo de ambas partes. Este es el caso. El acuerdo alcanzado la noche del domingo 12 al lunes 13 de julio detalla de forma más o menos pormenorizada las cláusulas de dominación política. Veamos cómo, según consta en el acuerdo.

Uno. “El gobierno ha de consultar y acordar con las Instituciones (europeas) todos los proyectos legislativos en los ámbitos pertinentes, con suficiente antelación, antes de someterlas a la consulta pública y al Parlamento”. Es decir, las leyes relevantes serán redactadas tal y como decida Bruselas.

Dos. “El gobierno griego revisará, y modificará la legislación que se haya aprobado y que se oponga a los acuerdos del 20 de febrero (fecha de la última prórroga del rescate a Grecia), volviendo retroactivamente a los compromisos anteriores” fijados en los programas de rescate. En otras palabras, se obliga al gobierno de Tsipras a dar marcha atrás en lo esencial de lo aprobado desde que fue elegido por el voto ciudadano. Se excluyen los temas de carácter humanitario.  

Tres. “Modernizar y reforzar de manera significativa la administración pública”... “bajo los auspicios de la Comisión Europea, para la creación de capacidad y la despolitización de la administración pública griega”. Esto representa establecer el poder administrativo de acuerdo con lo que decida la administración pública de Europa más politizada,  que ha demostrado más incapacidad (los casos son numerosos y conocidos), con salarios más elevados de sus funcionarios y sobre todo con menor control democrático. Así es la Comisión Europea.

Cuatro. “Se transferirán bienes griegos a un fondo independiente… gestionado por las autoridades griegas bajo la supervisión de las Instituciones  Europeas”. Ese fondo privatizará esos bienes, (los puertos, aeropuertos, ferrocarriles y telefónica griegos, al menos. Posiblemente también la red eléctrica). Obtendrá 50.000 millones de euros y con ellos saneará los bancos y pagará parte de la deuda que tiene con los países del euro. En suma, la Eurozona se apropia de los principales bienes de transporte, comunicaciones y energía públicos griegos para cobrarse parte de la deuda.

Todo lo detallado, recogido directamente del acuerdo, son los términos básicos que rigen el protectorado. “Los compromisos enumerados son requisitos mínimos”, dice el documento. Hay más, pero probablemente ya es conocido: un plan de austeridad y recortes que no son sino la intensificacióon de los ya aprobados y que han llevado a una depresión económica desconocida en territorio europeo en tiempos de paz: caída del 26 por ciento de la actividad económica y 26 por ciento de desempleo. Mientras, lo que se pretendía conseguir: que Grecia pudiera hacer frente a su deuda, no sólo no se ha conseguido sino que la dificultad se ha agudizado.

Los planes impuestos por la Eurozona a Grecia desde 2010 estaban supervisados por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. A esa troika correspondía asegurarse de que dieran los resultados previstos. No ha sido así, pero en el acuerdo alcanzado ahora no se dice nada de sus responsabilidades políticas o técnicas por ello. Tampoco menciona responsabilidad alguna para la Eurozona en el futuro tras la implantación del protectorado.

El protectorado fue una institución muy empleada en la expansión colonial. Era una forma de legalizar la dominación de las potencias colonialistas, lógicamente en su provecho, aunque tomaba la forma de una aparente protección. En Europa el último protectorado conocido fue el que estableció Alemania sobre Bohemia y Moravia, la  actual República Checa, en  marzo de 1939. Entonces también se hizo mediante acuerdo. Bastó con que Hitler convocará en Berlín al presidente checo, Emil Hácha y le amenazara con que o aceptaba el protectorado o bombardearía Praga.

Afortunadamente, las cosas se hacen ahora de otra manera. Al primer ministro griego, Alexis Tsipras, se le  dejó claro en Bruselas que o aceptaba los términos del acuerdo o los bancos griegos no recibirían un euro del Banco Central Europeo.  Ningún banco, por saneado que esté, puede subsistir indefinidamente sin que el Banco Central le preste dinero.  Y menos los bancos griegos, que vienen sufriendo una salida continua de fondos. Ahora el BCE tiene prestados a los bancos europeos 411.000 millones de euros. Y de ellos una tercera parte se lo tiene prestado a los bancos españoles.

El establecimiento del protectorado trata de conseguir dos cosas. La primera es  dejar claro que el Eurogrupo no admite que un gobierno, en este caso el de Syriza, pueda actuar de modo diferente a los que dominan hoy, y esperan que para siempre, la Unión Europea. El primer párrafo del documento deja clara “la necesidad crucial de restablecer una relación de confianza con el gobierno griego como condición previa”. Se trata de cortar de raíz el riesgo principal, que no es el impago de la deuda, sino la propagación de que otra política es posible. En definitiva, de establecer lo que los absolutistas de toda Europa llamaron “cordón sanitario” alrededor de la Francia revolucionaria, que propagaba otra forma de gobernar.

El segundo objetivo es sin duda recuperar lo que los otros países han prestado a Grecia. Sin embargo, el propio documento duda de la capacidad de Grecia para devolverlo. “El Eurogrupo está preparado para considerar, de ser necesario, posibles medidas adicionales (periodos más largos de gracia y amortización)”, dice el texto, pero siempre que Grecia actúe como se le manda. El FMI ha manifestado que así Grecia no podrá devolver su deuda.


Los dos objetivos distan mucho de estar garantizados. La dureza, la inflexibilidad y el poderío no son incompatibles con la simpleza y la ingenuidad. Si los vencedores de esta cumbre creen que han dejado las cosas bien sentadas, pueden estarse comportando con la misma ingenuidad que los alemanes cuando tomaron París en junio de 1940, al creer que habían ganado así la guerra.

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