"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

viernes, 15 de julio de 2011

EL PRECIPICIO CRUZA EL CHARCO

En todas partes cuecen habas. Analistas, politólogos, o sencillamente tertulianos,... los propios políticos, no han parado de criticar a las instituciones y a los gobernantes europeos por su falta de capacidad para alcanzar acuerdos. Dicen que esa es una de las causas de que la deuda de España o Italia se haya disparado. No ha faltado la comparación con Estados Unidos. Allí, se argumenta, no pasan esas cosas porque hay una sola política económica y una sola autoridad económica. Aquí, en la Unión Europea, la falta de una política económica común nos había situado al borde del precipicio.
Ahora el señor precipicio se ha trasladado al otro lado del charco. Barak Obama y los demócratas por un lado y los republicanos por el otro negocian un acuerdo para que se le autorice al gobierno emitir más deuda pública, o lo que es lo mismo, pedir más dinero prestado del que ahora puede, y por lo tanto endeudarse más. Un permiso que el gobierno de Obama debe obtener del Congreso. Allí, los republicanos tienen la llave. Si no hay acuerdo el 2 de agosto, el presidente Obama ha advertido que no tendrán dinero para hacer frente a todos los gastos y por tanto, deberán suspender pagos (Eso que de forma tan truculenta como inexacta los medios de comunicación, los analistas o los políticos les ha dado por llamar quiebra, tanto en este caso como en los de Grecia y demás. Supongo que para añadir más dramatismo al drama).
Estados Unidos tiene un déficit publico elevadísimo (es decir, el estado se gasta más de lo que ingresa). Más elevado que España. Representó el año pasado el 11,3 por ciento de todo lo que produjo el país, de todo su PIB. En dinero, es el déficit mayor del mundo. Para pagar ese déficit se emite la deuda pública, se pide dinero prestado. Y el nivel de deuda de Estados Unidos también es muy elevado. Es una cifra semejante a todo su PIB. Pero pese a ello, por ahora no ha tenido ningún problema en los mercados financieros. Nadie ha dudado de la potencia económica que está detrás. Además, los grandes centros de decisión de lo que llamamos mercados son mayoritariamente norteamericanos (los bancos de negocios, los gestores de los grandes fondos de inversión o de pensiones, las agencias de calificación de riesgos).
Lo que ahora se está disputando en Estados Unidos es una batalla más sobre quien paga la crisis, si el ciudadano de a pie o el que va subido al carro de las ganancias especulativas o los beneficios ilimitados. Obama propone que lo paguen a medias. Esta dispuesto a reducir el elevadísimo déficit público de dos maneras: recortando gasto social (a costa del ciudadano de a pie, y más concretamente del que camina descalzo) e incrementando los ingresos con un impuesto a los que ganan más de 250.000 dólares al año (estos tuvieron una sensible bajada de impuestos durante la presidencia de Bush). Los republicanos están decididos a que la crisis la pague el que menos tiene, y rechazan de plano la subida de impuestos a los ricos como parte de la solución. Sólo quieren oír hablar de recortes. Dos agencias de calificación de riesgos, Moody`s y Standard and Poor`s, ya han advertido que pueden rebajar la nota que daban a la deuda norteamericana si no hay acuerdo.
Visto con frialdad todo parece un despropósito: que un país pueda llegar a no pagar, no por insolvencia, sino por la falta de acuerdo de sus dos únicas fuerzas políticas. Pero como antes señalaba el debate teórico sobre quien debe pagar la crisis ha pasado a los hechos y nada menos que en Estados Unidos. En Europa quedó claro, desde hace ya más de un año, que la crisis la pagan los ciudadanos de a pie. Se decidió sin apenas batalla política, cuando se acordaron los ajustes en cadena. La respuesta en la calle o en el debate público ha ido subiendo de tono según se comprobaba la inutilidad del sacrificio en Grecia.  

2 comentarios:

  1. La culpa, como no, es de Zapatero, que es amiguito de Obama.
    Hola, Emilio. Yo pienso, desde mi ignorancia que a pesar de ser grande no me impide pensar, que todo esto forma parte del derrumbe de los sistemas económicos y políticos que corresponden a todo cambio de era. En una época en la que son posibles las comunicaciones instantáneas individuales y globales, ya nada puede continuar de la misma forma, ni rescates, ni préstamos, ni deudas, ni consumo, ni mercados, ni agencias de comunicación, ni estados, ni pautas de consumo o mercadotecnia; y estamos atravesando un cambio de paradigma hacia algo que aún no sabemos cómo será, y por lo tanto, hasta los más listos están desorientados.
    Desde mi ignorancia, digo, lo más sensato que pueden hacer nuestros gobernantes es dirigir sus esfuerzos económicos a la no dependencia del exterior en lo que se refiere a recursos de subsistencia: comunicaciones, alimentación, energía, y a invertir todos los esfuerzos posibles en i+d, educación, ciencia y cultura. Y también pienso que la sociedad necesita una regeneración moral, de cara a una mayor solidaridad.
    Bueno, perdona por el rollo. Me está gustando tu blog. Haces fácil de entender lo que es difícil, y eso solamente lo logran unos pocos. Te sigo. Lola.

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  2. Pero, lamentablemente para los insaciables, es que los ciudadanos de a pie no puedan seguir comprándoles zapatos, es decir, que vayan, todos descalzos e INDIGNADOS, a tomar la Bastilla... otra vez...

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